domingo, 29 de enero de 2012

















A veces nos acostumbramos a no vivir
y convertimos nuestra vida en eso.
Cada beso dura muy poco.
Cada verso es fugaz.
Y así, nos conformamos con pensar
que eso es todo.
Cada noche me acuesto pensando
que mañana comenzaré a vivir.
Mientras que siempre me despierto pensando
que otra vez me toca seguir.
Estamos solos. Siempre lo hemos estado.
Estés o no a mi lado, solo estoy.
Letras sobre un fondo blanco
que solo yo lograré entender.
Porque otros querrán interpretarlas
y no sabrán.
Porque nadie llorará al leerlas.
Y no estoy triste.
Tan solo estoy.
Sin más.

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